sábado, 18 de junio de 2011

Apagarse o avivarse:

Cómo mantener vivos el romanticismo y la aventura en su matrimonio.

FUENTE - ENLACE

http://www.ag.org/enrichmentjournal_sp/200901/200901_038_Fizzle_sizzle.cfm 

Por Dennis Rainey
El presentador de un programa de entrevistas por televisión estaba entrevistando a una de las principales estrellas masculinas de Hollywood, un hombre conocido por su imagen romántica. El conductor le preguntó: “¿Qué hace a un gran amante?”
“Dos cosas”, respondió la estrella. “En primer lugar, es un hombre que puede satisfacer a una mujer durante toda su vida. Y es un hombre que puede satisfacerse con una mujer durante toda una vida.”
Qué gran respuesta. Para construir un matrimonio duradero de unidad e intimidad, usted y su cónyuge tienen que estar comprometidos a satisfacer mutuamente sus necesidades físicas y emocionales, durante toda una vida. Y una de esas necesidades es el romanticismo.
A fin de cerciorarse de que no olvidáramos la importancia del romanticismo, Dios dedicó todo un libro de la Biblia — Cantar de los Cantares — a ese tema. Leer este libro poético es como escuchar a hurtadillas un diálogo romántico entre un hombre y su esposa. Salomón describe su amor como un fuego ardiente. “Las muchas aguas”, afirma él, “no podrán apagar el amor” (Cantares 8:7).1
Necesitamos ese fuego en nuestros matrimonios. El problema es que dentro del primer año o dos después de la boda, las llamas románticas que ardieron tan brillantemente durante el noviazgo parece que se desvanecieron en brasas tenues.
El amor romántico es parte del carácter de Dios. Nos hizo a su imagen, y nos dio emociones. Tal como nos atrae a seguirlo y expresarle nuestro amor, así un esposo y una esposa intentan ganar el afecto el uno del otro. En muchos aspectos, los esposos y esposas siguen el modelo de cómo Dios busca a las personas.
Entre tanto que no podemos basar el matrimonio sólo en sentimientos románticos, tampoco podemos negar nuestra necesidad de cercanía e intimidad. Sin esas cualidades en su relación, una pareja se dejará arrastrar al aislamiento.
Salomón también emplea la metáfora de la viña para describir el amor romántico. En Cantares 2:15, él describe las “zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne”.2 Esos ladrones hurtan el fruto del amor antes que una pareja tenga la oportunidad de disfrutarlo.
Los pastores son muy vulnerables a esas zorras. Además de los cambios normales del matrimonio — conflictos no resueltos, expectativas irreales, e hijos jóvenes que los dejan rendidos — el peso del ministerio pastoral es una de las misiones más difíciles en la vida. El programa de trabajo sólo puede suscitar tensiones en el hogar. Un pastor me dijo: “Nos hemos convertido en ministros porque tenemos esta gran pasión de cuidar y amar al pueblo para Cristo. Haremos lo que sea necesario, y a veces nos equivocamos. Ponemos tanta energía en el trabajo de la iglesia que no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo a nuestra propia familia y a nuestra propia vida e hijos.”
Jamás olvidaré cuando asistí a la reunión durante todo un día de un grupo de atención de más de veinte pastores. Durante horas analizamos los asuntos familiares y lo que necesita hacer la iglesia para fortalecer a las familias. Al final del día pregunté: “¿Cuál es su mayor necesidad en cuanto al fortalecimiento de las familias en su iglesia?”
No estaba preparado para la respuesta que dieron esos pastores. Casi al unísono dijeron: “Mi matrimonio y familia”. El ministerio estaba exigiendo una cuota increíble a las familias de estos hombres.
En otra ocasión conversé con un grupo de esposas de pastores. Les pregunté qué consejo darían a los pastores jóvenes y a sus esposas sobre el matrimonio. He aquí algunas de esas respuestas:
  • “Hacer de las salidas una prioridad; vea si usted puede salir sin hablar de la iglesia. Diga a su esposo que si está en casa para (una hora razonable), usted hará que sea digno de su tiempo.”
  • “Aconséjeles que se cuiden primero como pareja. Tienen que recordarse a sí mismos como aconsejan a otros, particularmente a los no casados, que ellos deben centrarse en su unidad en Cristo.”
  • “Conversen. Asegúrese de que algunas de sus actividades no están relacionadas con la de la iglesia (tenga una vida fuera de la iglesia). Ríanse de las cosas en vez de ponerse a la defensiva.”
  • “Sea quien es, no lo que otros esperan que sea”.
  • “Oren a fin de desarrollar límites saludables para ustedes dos; lo que Dios querría que ustedes hicieran para protegerse de ser consumidos por otros. Ustedes desean ayudar a todos, pero sin límites saludables, los dos sufrirán.”
  • “Pase un día en familia una vez a la semana. Lean y aprendan juntos”.
  • “Cada semana separe al menos de tres a cuatro horas para pasarlas juntos hablando de lo que es importante, de lo que está sucediendo esa semana, y de las preocupaciones, también haciendo algo divertido. Oren juntos diariamente.”
¿Reconoce el deseo entre líneas que estas mujeres tienen de una relación real con el esposo? Quieren conexión. Quieren romanticismo. Quieren que su matrimonio sea una prioridad.
Si quiere reponer algunas chispas en su relación, tengo algunos consejos:

Trate de satisfacer las necesidades romÁnticas de su esposa

Vuélvase un estudiante de su cónyuge. Aprenda qué le complace a él o a ella. ¿Sabe usted que los hombres y las mujeres ven el romanticismo a través de distintos lentes? Para confirmar esto, la próxima vez que esté en el estudio bíblico o en la clase de escuela dominical, divida a los hombres y a las mujeres en dos grupos, y pregunte: “¿Qué gestos románticos le gustaría que su cónyuge tuviera para usted?”
Le garantizo que, si son sinceros, los hombres se concentrarán en la intimidad física: “Vestirse con ropa de atractivo sexual”, o “salir desnudos mi encuentro a la puerta delantera”. Las mujeres, sin embargo, dirán: “Llevarme a un restaurante romántico alumbrado por velas”; “emplear tiempo paseando conmigo”; o “sentarnos frente al fuego y acurrucarnos”. La vista y el toque motivan a los hombres; las mujeres quieren desarrollar una relación.
El satisfacer las necesidades románticas de su cónyuge implica algo más que comprender las diferencias entre el hombre y la mujer. También significa recordar lo que le complace a él o a ella. Y eso significa sacrificar sus necesidades para satisfacer las de su cónyuge. El egoísmo y el romanticismo no se mezclan bien.

Haga del romanticismo una prioridad en su relaciÓn

Todo lo de valor o todo lo que requiere un compromiso de tiempo encuentra un lugar en su programa. El romanticismo debía encontrarlo también. Siéntese esta noche con su cónyuge y su calendario. Encuentre un tiempo en las próximas dos semanas en el que ambos puedan salir. Cerciórese de poner por escrito la fecha. Si usa un plan diario o una agenda, ponga la información. Este ejercicio hará que ambos tengan la expectativa del tiempo que pasarán juntos.
Esto también significa dejar tiempo en su programa para las relaciones sexuales. Una razón de que tantas camas matrimoniales parezcan congeladas o aburridas es que las parejas no tienen tiempo para las relaciones sexuales. Afrontémoslo. Hoy nuestros trabajos y negocios parecen obtener lo mejor de nosotros. Nuestros hijos por lo general obtienen lo mejor de nosotros. Aun el trabajo de la iglesia puede obtener lo mejor de nosotros. Pero el añadir romanticismo y aventura a nuestros matrimonios rara vez obtiene lo mejor de nosotros.

Haga de su hogar — y en especial de su dormitorio — un marco creativo para las relaciones sexuales

Su dormitorio debe ser un rincón privado, seguro, y romántico, no un lugar donde el esposo repare su motocicleta o los niños se reúnan para jugar a las figuritas de plastilina.
Cuando teníamos los niños en la casa, Bárbara y yo trabajábamos duro para guardar algo de lo mejor de nosotros para el otro. Nuestros hijos aprendieron a través de los años que mamá y papá muchas veces querían tener veladas tranquilas solos. Cuando los niños ya eran jóvenes, a veces convertíamos la cocina en el restaurante famoso y de alto nivel La Habitación Arcoiris Rainey. Dejábamos que cada hijo pidiera una comida especial de un menú especial. Bárbara y yo servíamos como el jefe de cocina y la camarera, y los niños pasaban un gran rato aprendiendo un poco sobre comer fuera de casa.
Más tarde en la noche, sabían que tenían que permanecer en sus cuartos salvo para ir al baño. A las ocho de la noche, Bárbara y yo convertíamos nuestro dormitorio en nuestro café romántico, completo, con una pequeña mesa, velas, y flores. Allí podíamos comer, conversar, y relajarnos. Mientras nos comunicábamos, nos recordábamos qué era lo que nos atraía de cada uno, el romanticismo tenía la oportunidad de inflamarse. No teníamos que preocuparnos por una niñera y ni teníamos que salir de casa para salir solos.

Busque maneras creativas de transmitir amor y compromiso a su cÓnyuge

Cuando dos personas están saliendo juntas y considerando el matrimonio, muchas veces se acercan de forma creativa para cortejarse y atraerse. Hablan por teléfono, envían notas y flores, y planean salidas especiales. ¿No es una vergüenza que este noviazgo se apague en el espacio de pocos meses después de la boda? Tenemos que cortejar a nuestro cónyuge con el mismo entusiasmo.

Planifique algunas salidas especiales o fines de semana juntos

Usted pudiera estar pensando: ¿cómo puede usted planificar el romanticismo? Se supone que sea espontáneo. A veces eso es cierto. Pero nos asombramos del número de parejas que conocemos que rara vez emplean tiempo significativo juntos. Muchas parejas que asisten a nuestras conferencias matrimoniales Un Fin de Semana para Recordar dicen que no han tenido una salida en más de un año. Aun más conmovedor es el hecho de que algunos no se han ido solos juntos desde su luna de miel. ¿Cuánto tiempo ha sido para usted?
Conozco a un hombre que planeó una salida romántica como sorpresa para su esposa. Unas dos semanas antes de que se fueran, comenzó a esparcir pequeñas pistas alrededor de la casa. Usando las indicaciones que él le dio, ella hallaría esas pistas y las recogería.
Por último, ella tomó todas las pistas y armó las piezas que formaban un mapa de Nueva Inglaterra. Entonces el esposo le dijo lo que estaba ocurriendo y que para lo único que tenía tiempo era para hacer las maletas y dar un beso de despedida a sus hijos. Partieron y pasaron su décimo aniversario de bodas en Nueva Inglaterra. Su esposa sigue hablando de ese viaje, y está lista para otro.
Reavivar el romanticismo en su matrimonio no requiere muchísimo dinero, y a menudo ni siquiera toma mucho tiempo. Lo que se necesita es un compromiso a largo plazo para hacerlo. Como un buen fuego en la chimenea, el romanticismo necesita atención y combustible. Tome algo de tiempo hoy y lance otro leño al fuego; el calor vale la pena.

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