sábado, 25 de junio de 2011

Sexualidad femenina, mejora después de los 40


Sexualidad femenina, mejora después de los 40
Sexualidad femenina, mejora después de los 40. Seguramente habrás escuchado que muchas mujeres mejoran la calidad de su vida sexual llegado los 40 años, coincidiendo en algunas con la finalización de su período reproductivo y fértil, llamado también menopausia. Si bien puede parecer raro, todo esto tiene un porqué.
Una mujer de 40 años es absolutamente femenina, segura  y sobre todo madura, entonces no siente la necesidad de evitar elsexopor tener que fingir que está pasándola bien, la época de mentir frente alorgasmose ha terminado, puede hablar del tema sin tapujos y sin miedo a que su compañero la califique de una forma u otra.

Como se encuentra de segura de sí misma, ya no interesa tanto en una relación casual, algún tipo de accidentes, como los calambres en las piernas, las molestias, o que su compañero equivoque su nombre y le diga cosas obscenas al oído. Ella saldrá airosa de la situación y buscará su propio goce sexual más allá de las situaciones.
Todo esto tiene que ver con que ya no tiene prejuicios sobre su cuerpo, se cuida mucho, y eso le permite aceptarse tal cual es, sabe conseguridadque la persona que tiene al lado la elige por que le gusta así, no pretende cambiarla  y ve con claridad sus cosas positivas. No intenta romper records en la cama y disfruta de cada momento.
Test de amor: ¿te sientes a segura con los hombres?
Test de amor: ¿te sientes a segura con los hombres? No son pocas las mujeres que no se sienten seguras cuando conocen a un hombre o entablan una conversación, y están las que creen que manejan la situación cuando en realidad es la situación la que las maneja a ellas.
Este test te permitirá saber cómo eres con respecto a tus relaciones amorosas, y cuán segura y a gusto te sientes cuando sales o conoces a un hombre.

a-    Hablo con todos los hombres que se cruzan en mi camino, independientemente si tengo interés o no en ellos.
b- No suelo hablar mucho con los hombres a menos que ellos se me acerquen.
c-    Me da mucha vergüenza hablar con un hombre, los esquivo lo más que puedo
a- Cuando tengo una cita salgo entusiasmada y predispuesta a todo.
b-    Cuando tengo una cita me pongo algo nerviosa pero una vez que pasan las horas consigo relajarme.
c-    Antes de ir a una cita me pongo súper nerviosa y se me retuerce el estómago
a- Considero que les gusto a los hombres y me siento muy segura de mi misma.
b-    Sé que soy más atractiva cuando me arreglo bien, y así me siento a gusto con los hombres.
c-    No me siento segura de mi misma, no creo que les guste mucho a los hombres y cuando conozco a alguien siempre pienso que no le agrado.
a-    Siempre miro a los hombres que me parecen atractivos y sé cómo hacerlo para llamar su atención.
b-    Miro disimuladamente a los hombres que me atraen, pero me da mucha vergüenza que me descubran.
c-    No me atrevo a mirar a los hombres que me gustan, si uno me atrae en lugar de mirarlo me hago la desentendida.
a-    Si el hombre me gusta no demoro en tomarlo de la mano.
b-    No me animo a tomar la iniciativa de agarrarlo, prefiero que él se aproxime.
c-    No sé cuando hay que tomarse de las manos, por lo que prefiero no hacerlo.
a- Cuando hablo con un chico lo miro fijamente a los ojos.
b-    Me cuesta mantener la mirada fija en los ojos del otro, por lo que lo hago solo cada tanto.
c- No puedo mirar fijamente a un hombre a los ojos, siempre bajo la vista.
a- Si un chico me gusta lo invito a salir sin esperar a que el me llame.
b- Siempre espero que el hombre de el primer paso, y algunas veces puedo tomar la incitativa.
c- ¡Nunca invitaría a salir a un hombre, no soportaría una negativa!
Resultados:

Mayoría de respuestas A:
Eres segura de ti misma y del efecto que ejerces sobre los hombres, no le temes a la conquista y te divierte ser conquistada, para ti es un desafío. Pero se cuidadosa porque por tu osadía puedes terminar asustando a los posibles candidatos.

Mayoría de respuestas B:
Eres segura a veces y en otras ocasiones dudas de tu potencial de seducción.  Tienes tus momentos de seguridad, que es cuando te produces al 100% y te sientes glamorosa, pero cuando estás de “entre casa” no te sientes sexy, aunque lo sigues siendo, por ello te convendría arriesgarte y probar no saliendo tan arreglada algún día, para ver el efecto que generas en los hombres.

Mayoría de respuestas C:
No eres segura de ti misma y se debe a que tienes una baja autoestima. No pienses que no eres capaz de seducir, comienza a quererte y  a tener más confianza en tu capacidad de atracción.
Deja de lado los pensamientos negativos y aprende a pensar positivamente, haz cosas para y por ti hasta que te sientas completamente conforme con la imagen que te devuelve el espejo.
ENLACE:http://elnuevoparquet.com/redsocial/sexo/tag/inseguridad-femenina/

sábado, 18 de junio de 2011

Apagarse o avivarse:

Cómo mantener vivos el romanticismo y la aventura en su matrimonio.

FUENTE - ENLACE

http://www.ag.org/enrichmentjournal_sp/200901/200901_038_Fizzle_sizzle.cfm 

Por Dennis Rainey
El presentador de un programa de entrevistas por televisión estaba entrevistando a una de las principales estrellas masculinas de Hollywood, un hombre conocido por su imagen romántica. El conductor le preguntó: “¿Qué hace a un gran amante?”
“Dos cosas”, respondió la estrella. “En primer lugar, es un hombre que puede satisfacer a una mujer durante toda su vida. Y es un hombre que puede satisfacerse con una mujer durante toda una vida.”
Qué gran respuesta. Para construir un matrimonio duradero de unidad e intimidad, usted y su cónyuge tienen que estar comprometidos a satisfacer mutuamente sus necesidades físicas y emocionales, durante toda una vida. Y una de esas necesidades es el romanticismo.
A fin de cerciorarse de que no olvidáramos la importancia del romanticismo, Dios dedicó todo un libro de la Biblia — Cantar de los Cantares — a ese tema. Leer este libro poético es como escuchar a hurtadillas un diálogo romántico entre un hombre y su esposa. Salomón describe su amor como un fuego ardiente. “Las muchas aguas”, afirma él, “no podrán apagar el amor” (Cantares 8:7).1
Necesitamos ese fuego en nuestros matrimonios. El problema es que dentro del primer año o dos después de la boda, las llamas románticas que ardieron tan brillantemente durante el noviazgo parece que se desvanecieron en brasas tenues.
El amor romántico es parte del carácter de Dios. Nos hizo a su imagen, y nos dio emociones. Tal como nos atrae a seguirlo y expresarle nuestro amor, así un esposo y una esposa intentan ganar el afecto el uno del otro. En muchos aspectos, los esposos y esposas siguen el modelo de cómo Dios busca a las personas.
Entre tanto que no podemos basar el matrimonio sólo en sentimientos románticos, tampoco podemos negar nuestra necesidad de cercanía e intimidad. Sin esas cualidades en su relación, una pareja se dejará arrastrar al aislamiento.
Salomón también emplea la metáfora de la viña para describir el amor romántico. En Cantares 2:15, él describe las “zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; porque nuestras viñas están en cierne”.2 Esos ladrones hurtan el fruto del amor antes que una pareja tenga la oportunidad de disfrutarlo.
Los pastores son muy vulnerables a esas zorras. Además de los cambios normales del matrimonio — conflictos no resueltos, expectativas irreales, e hijos jóvenes que los dejan rendidos — el peso del ministerio pastoral es una de las misiones más difíciles en la vida. El programa de trabajo sólo puede suscitar tensiones en el hogar. Un pastor me dijo: “Nos hemos convertido en ministros porque tenemos esta gran pasión de cuidar y amar al pueblo para Cristo. Haremos lo que sea necesario, y a veces nos equivocamos. Ponemos tanta energía en el trabajo de la iglesia que no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo a nuestra propia familia y a nuestra propia vida e hijos.”
Jamás olvidaré cuando asistí a la reunión durante todo un día de un grupo de atención de más de veinte pastores. Durante horas analizamos los asuntos familiares y lo que necesita hacer la iglesia para fortalecer a las familias. Al final del día pregunté: “¿Cuál es su mayor necesidad en cuanto al fortalecimiento de las familias en su iglesia?”
No estaba preparado para la respuesta que dieron esos pastores. Casi al unísono dijeron: “Mi matrimonio y familia”. El ministerio estaba exigiendo una cuota increíble a las familias de estos hombres.
En otra ocasión conversé con un grupo de esposas de pastores. Les pregunté qué consejo darían a los pastores jóvenes y a sus esposas sobre el matrimonio. He aquí algunas de esas respuestas:
  • “Hacer de las salidas una prioridad; vea si usted puede salir sin hablar de la iglesia. Diga a su esposo que si está en casa para (una hora razonable), usted hará que sea digno de su tiempo.”
  • “Aconséjeles que se cuiden primero como pareja. Tienen que recordarse a sí mismos como aconsejan a otros, particularmente a los no casados, que ellos deben centrarse en su unidad en Cristo.”
  • “Conversen. Asegúrese de que algunas de sus actividades no están relacionadas con la de la iglesia (tenga una vida fuera de la iglesia). Ríanse de las cosas en vez de ponerse a la defensiva.”
  • “Sea quien es, no lo que otros esperan que sea”.
  • “Oren a fin de desarrollar límites saludables para ustedes dos; lo que Dios querría que ustedes hicieran para protegerse de ser consumidos por otros. Ustedes desean ayudar a todos, pero sin límites saludables, los dos sufrirán.”
  • “Pase un día en familia una vez a la semana. Lean y aprendan juntos”.
  • “Cada semana separe al menos de tres a cuatro horas para pasarlas juntos hablando de lo que es importante, de lo que está sucediendo esa semana, y de las preocupaciones, también haciendo algo divertido. Oren juntos diariamente.”
¿Reconoce el deseo entre líneas que estas mujeres tienen de una relación real con el esposo? Quieren conexión. Quieren romanticismo. Quieren que su matrimonio sea una prioridad.
Si quiere reponer algunas chispas en su relación, tengo algunos consejos:

Trate de satisfacer las necesidades romÁnticas de su esposa

Vuélvase un estudiante de su cónyuge. Aprenda qué le complace a él o a ella. ¿Sabe usted que los hombres y las mujeres ven el romanticismo a través de distintos lentes? Para confirmar esto, la próxima vez que esté en el estudio bíblico o en la clase de escuela dominical, divida a los hombres y a las mujeres en dos grupos, y pregunte: “¿Qué gestos románticos le gustaría que su cónyuge tuviera para usted?”
Le garantizo que, si son sinceros, los hombres se concentrarán en la intimidad física: “Vestirse con ropa de atractivo sexual”, o “salir desnudos mi encuentro a la puerta delantera”. Las mujeres, sin embargo, dirán: “Llevarme a un restaurante romántico alumbrado por velas”; “emplear tiempo paseando conmigo”; o “sentarnos frente al fuego y acurrucarnos”. La vista y el toque motivan a los hombres; las mujeres quieren desarrollar una relación.
El satisfacer las necesidades románticas de su cónyuge implica algo más que comprender las diferencias entre el hombre y la mujer. También significa recordar lo que le complace a él o a ella. Y eso significa sacrificar sus necesidades para satisfacer las de su cónyuge. El egoísmo y el romanticismo no se mezclan bien.

Haga del romanticismo una prioridad en su relaciÓn

Todo lo de valor o todo lo que requiere un compromiso de tiempo encuentra un lugar en su programa. El romanticismo debía encontrarlo también. Siéntese esta noche con su cónyuge y su calendario. Encuentre un tiempo en las próximas dos semanas en el que ambos puedan salir. Cerciórese de poner por escrito la fecha. Si usa un plan diario o una agenda, ponga la información. Este ejercicio hará que ambos tengan la expectativa del tiempo que pasarán juntos.
Esto también significa dejar tiempo en su programa para las relaciones sexuales. Una razón de que tantas camas matrimoniales parezcan congeladas o aburridas es que las parejas no tienen tiempo para las relaciones sexuales. Afrontémoslo. Hoy nuestros trabajos y negocios parecen obtener lo mejor de nosotros. Nuestros hijos por lo general obtienen lo mejor de nosotros. Aun el trabajo de la iglesia puede obtener lo mejor de nosotros. Pero el añadir romanticismo y aventura a nuestros matrimonios rara vez obtiene lo mejor de nosotros.

Haga de su hogar — y en especial de su dormitorio — un marco creativo para las relaciones sexuales

Su dormitorio debe ser un rincón privado, seguro, y romántico, no un lugar donde el esposo repare su motocicleta o los niños se reúnan para jugar a las figuritas de plastilina.
Cuando teníamos los niños en la casa, Bárbara y yo trabajábamos duro para guardar algo de lo mejor de nosotros para el otro. Nuestros hijos aprendieron a través de los años que mamá y papá muchas veces querían tener veladas tranquilas solos. Cuando los niños ya eran jóvenes, a veces convertíamos la cocina en el restaurante famoso y de alto nivel La Habitación Arcoiris Rainey. Dejábamos que cada hijo pidiera una comida especial de un menú especial. Bárbara y yo servíamos como el jefe de cocina y la camarera, y los niños pasaban un gran rato aprendiendo un poco sobre comer fuera de casa.
Más tarde en la noche, sabían que tenían que permanecer en sus cuartos salvo para ir al baño. A las ocho de la noche, Bárbara y yo convertíamos nuestro dormitorio en nuestro café romántico, completo, con una pequeña mesa, velas, y flores. Allí podíamos comer, conversar, y relajarnos. Mientras nos comunicábamos, nos recordábamos qué era lo que nos atraía de cada uno, el romanticismo tenía la oportunidad de inflamarse. No teníamos que preocuparnos por una niñera y ni teníamos que salir de casa para salir solos.

Busque maneras creativas de transmitir amor y compromiso a su cÓnyuge

Cuando dos personas están saliendo juntas y considerando el matrimonio, muchas veces se acercan de forma creativa para cortejarse y atraerse. Hablan por teléfono, envían notas y flores, y planean salidas especiales. ¿No es una vergüenza que este noviazgo se apague en el espacio de pocos meses después de la boda? Tenemos que cortejar a nuestro cónyuge con el mismo entusiasmo.

Planifique algunas salidas especiales o fines de semana juntos

Usted pudiera estar pensando: ¿cómo puede usted planificar el romanticismo? Se supone que sea espontáneo. A veces eso es cierto. Pero nos asombramos del número de parejas que conocemos que rara vez emplean tiempo significativo juntos. Muchas parejas que asisten a nuestras conferencias matrimoniales Un Fin de Semana para Recordar dicen que no han tenido una salida en más de un año. Aun más conmovedor es el hecho de que algunos no se han ido solos juntos desde su luna de miel. ¿Cuánto tiempo ha sido para usted?
Conozco a un hombre que planeó una salida romántica como sorpresa para su esposa. Unas dos semanas antes de que se fueran, comenzó a esparcir pequeñas pistas alrededor de la casa. Usando las indicaciones que él le dio, ella hallaría esas pistas y las recogería.
Por último, ella tomó todas las pistas y armó las piezas que formaban un mapa de Nueva Inglaterra. Entonces el esposo le dijo lo que estaba ocurriendo y que para lo único que tenía tiempo era para hacer las maletas y dar un beso de despedida a sus hijos. Partieron y pasaron su décimo aniversario de bodas en Nueva Inglaterra. Su esposa sigue hablando de ese viaje, y está lista para otro.
Reavivar el romanticismo en su matrimonio no requiere muchísimo dinero, y a menudo ni siquiera toma mucho tiempo. Lo que se necesita es un compromiso a largo plazo para hacerlo. Como un buen fuego en la chimenea, el romanticismo necesita atención y combustible. Tome algo de tiempo hoy y lance otro leño al fuego; el calor vale la pena.

LA PAREJA: LA INFIDELIDAD



LA PAREJA: LA INFIDELIDAD

La infidelidad es una de las razones principales por las que una pareja rompe su relación. Los "cuernos" destruyen la confianza de los enamorados y los pilares sobre los que se cimienta una relación. En la mayoría de los casos las personas son infieles cuando la relación no alcanza sus expectativas, están buscando algo en la pareja que ésta no es capaz de ofrecerles. La solución, en vez de basarse en el diálogo, es una salida aparentemente más fácil o cómoda: la infidelidad.
Los hombres también traicionan, para demostrar su masculinidad porque la sociedad espera que él actúe así. La pregunta que muchas personas se hacen es cómo descubrir y asegurarse de que la pareja les está siendo infiel. Si vives con tu novio, observa su comportamiento, si no vuelve a casa a la hora de costumbre, si ya no existe diálogo entre vosotros, si se irrita contigo por cualquier motivo. Estas actitudes NO son síntomas de una traición, pero sí indican que algo no funciona en vuestra relación y que por lo tanto existe peligro de infidelidad.

Para los hombres es más difícil saber si les están siendo infieles, puesto que ellos son menos observadores y se fijan menos en cambios sutiles que sin embargo las mujeres descubren a la primera. Los hombres en general temen o sospechan que su pareja les está siendo infiel, cuando ésta se niega a mantener relaciones sexuales como de costumbre. Existen mujeres que jamás perdonarían una infidelidad y otras que sin embargo deciden auto engañarse para no tener que enfrentarse a la realidad.
Descubrir que hemos sido traicionados por la persona amada siempre es una experiencia dolorosa y hasta humillante, puesto que se ponen en juego los valores que fundamentan una relación de pareja, como son la confianza, la sinceridad y el respeto.
Perdonar o no una traición depende de la persona y del tipo de relación que existe, ya sea por motivos religiosos o porque no quieren hacer sufrir a sus hijos. En el caso de las mujeres que deciden perdonar (pero no olvidar), la infidelidad suele ser un arma arrojadiza muy frecuente en las discusiones, que puede desgastar más todavía la relación.
No recuerdes constantemente la infidelidad de tu pareja, si no eres capaz de superar y olvidar, quizá sea necesario plantearse una solución tajante. Muchas mujeres que han sido infieles se torturan porque no saben si contárselo a su pareja, se sienten mal, pero lo primero y más importante es descubrir el porqué de la traición. Si has sentido esa necesidad es porque tu pareja no te da algo que tú necesitas y no tiene por qué estar relacionado con el sexo.
Debes evaluar los pros y los contras antes de decidirte a contárselo a tu pareja, puede que sólo fuera para ti una aventura que te haya hecho ver que no quieres abandonar a tu novio; en este caso puedes volver a reconstruir tu relación. Si decides ser sincera es posible que tu pareja no pueda perdonarte y eso dependerá de lo importante que seas para él.
Muchas veces ellos deciden perdonar, pero la infidelidad estará presente durante mucho tiempo en su memoria y será difícil que vuelva a confiar en ti, por ello es aconsejable buscar ayuda profesional y no depender de los consejos bien intencionados de las amistades.
La infidelidad y sus motivos
Las 9 razones más comunes por las que ‘ponemos los cuernos’ son resultado de la búsqueda de la satisfacción de necesidades que no encontramos en nuestra pareja
Una de las peores traiciones hacia nuestra pareja o por parte de ella es la infidelidad. Generalmente pensamos que la persona infiel es la única culpable, sin embargo la infidelidad es el resultado de la crisis de una pareja, pues quien es infiel lo hace porque busca en otra persona cuestiones sexuales, emocionales o intelectuales que su pareja no le da.
La infidelidad no sucede espontáneamente, siempre hay motivos que la provocan. La lista de razones es interminable, pero los sexólogos especialistas en terapia de pareja coinciden en que en todas se intenta satisfacer las carencias del matrimonio:

Las 9 razones más comunes
1. Nos sentimos devaluados. Terminado el enamoramiento, enfrentamos a la pareja real y olvidamos a la idealizada, y sus conductas no siempre placenteras en la convivencia defraudan nuestras expectativas. Si la pareja nos abandona al centrarse sólo en sus objetivos personales y no en los de ambos, y al mismo tiempo nos relacionamos con una persona distinta que nos hace sentir más valorados, la elegimos inconscientemente como nueva compañera. Principalmente para las mujeres, es muy importante sentirnos bellas y deseadas por nuestro hombre. Si no se cumple nuestro objetivo, sentimos una gran frustración y se devalúa nuestra autoestima. Una forma de sentirnos de nuevo atractivas y deseadas, es siendo cortejadas en una relación extramarital.

2. La monotonía. Cuando nuestra pareja descuida el tiempo en común por sus actividades personales y deja de tener detalles cariñosos con nosotros, sentimos que el amor se acabó, se produce un distanciamiento y nos empezamos a sentir encadenados a pasar el resto de nuestros días en una relación que ha perdido su encanto. Un matrimonio sumido en la rutina y en el aburrimiento se puede venir abajo a causa de un encuentro con un intruso que lllegue y nos aborde con el misterio, encanto y riesgo de los que carece nuestra relación.
3. Una vida sexual deficiente. El sexo es un elemento esencial en la pareja y si éste es defectuoso, quien se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en su pareja. Si a pesar de sentir un gran amor por la pareja, en la cama no encontramos nada excitante, nos vengamos teniendo relaciones sexuales con otra persona, porque estamos enojados con nuestra pareja que no quiere hacer el amor o no quiere llevar a cabo nuestras fantasías sexuales.
4. Dependencia emocional de los padres. Si nuestra pareja no es emocionalmente independiente de sus padres y no establece límites respecto a ellos, esta conducta infantil nos hace sentir sin su apoyo, y nuestra necesidad insatisfecha de ser escuchados y atendidos nos impulsa a buscar una relación extramarital.
5. Buscamos nuevas sensaciones. Si se acaba la seducción del enamoramiento y se vive en el hastío de una relación, hay quienes necesitan seguir satisfaciendo su necesidad de seguir enamorados. La curiosidad de experimentar el sexo con otras personas y de vivir la aventura es un fuerte motor para buscar un affair.
6. Idealizamos a la pareja. Para continuar idealizando a nuestra pareja, muchas veces elegimos como amante a una persona totalmente opuesta. Hay quienes llevan a cabo todas sus fantasías sexuales con el amante y no con la pareja para sentir que la siguen manteniendo en el concepto de ‘decente’.
7. La pareja lo permite. Se dan casos en que la pareja está de acuerdo en que tengamos relaciones extramaritales, porque es consciente de que necesitamos satisfacer las deficiencias que existen en nuestra propia relación.
8. Sentimos amenazada nuestra libertad. Cuando la pareja es asfixiante o nos da pavor perder nuestra independencia y quedar atrapados en una relación, intentamos sentirnos libres cometiendo actos de infidelidad.
9. Alarde de poder. Por haber obtenido poder, dinero y una posición social, hay quienes sienten que se han ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.
La infidelidad es un síntoma de la serie de crisis por las que atravesamos como pareja. Si buscamos en el fondo, descubriremos que somos infieles cuando no encontramos en nuestra pareja lo que buscamos y nuestra relación no satisface completamente nuestras necesidades. Sin embargo, superar la crisis dependerá de la forma en que podamos comunicarnos como pareja.

 FUENTE-ENLACE
 http://www.tnrelaciones.com/lainfidelidad/index.html

sábado, 4 de junio de 2011

La química del amor (RC-51)




ESTE ARTÍCULO LO HE ENCONTRADO EN INTERNET ESPERO QUE LES GUSTE. EL  AUTOR INICIA ASI...

Francisco Muñoz de la Peña Castrillo,
IES Carolina Coronado, Almendralejo
Con este artículo pretendo ofrecer en un tono divertido y ameno una visión fundamentalmente química de algo tan sencillo como maravilloso que nos ocurre a todos alguna vez en la vida: ¡Enamorarnos!.
Los poetas nos han deleitado cantando al más maravilloso de los sentimientos desde todos los ángulos y con infinitos matices, pero los químicos también tenemos cosas que decir al respecto, quizás menos seductoras pero no por ello menos importantes.
¿Por qué nos enamoramos de una determinada persona y no de otra? Innumerables investigaciones psicológicas demuestran lo decisivo de los recuerdos infantiles -conscientes e inconscientes-. La llamada teoría de la correspondencia puede resumirse en la frase: "cada cual busca la pareja que cree merecer".
Parece ser que antes de que una persona se fije en otra ya ha construido un mapa mental, un molde completo de circuitos cerebrales que determinan lo que le hará enamorarse de una persona y no de otra. El sexólogo John Money considera que los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos. Así pues antes de que el verdadero amor llame a nuestra puerta el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.
La química del amor es una expresión acertada. En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias que participan). Ellas son las que hacen que una pasión amorosa descontrole nuestra vida y ellas son las que explican buena parte de los signos del enamoramiento.
Cuando encontramos a la persona deseada se dispara la señal de alarma, nuestro organismo entra entonces en ebullición. A través del sistema nervioso el hipotálamo envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten inmediatamente la producción de adrenalina y noradrenalina (neurotransmisores que comunican entre sí a las células nerviosas).
Sus efectos se hacen notar al instante:
  • El corazón late más deprisa (130 pulsaciones por minuto).
  • La presión arterial sistólica (lo que conocemos como máxima) sube.
  • Se liberan grasas y azúcares para aumentar la capacidad muscular.
  • Se generan más glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea.
 
Hay dos cosas que el hombre no puede ocultar: que está borracho y que está enamorado
Antífanes -388-311 a. C.-, comediógrafo griego
Los síntomas del enamoramiento que muchas personas hemos percibido alguna vez, si hemos sido afortunados, son el resultado de complejas reacciones químicas del organismo que nos hacen a todos sentir aproximadamente lo mismo, aunque a nuestro amor lo sintamos como único en el mundo.
Ese estado de "imbecilidad transitoria", en palabras de Ortega y Gasset, no se puede mantener bioquímicamente por mucho tiempo.
No hay duda: el amor es una enfermedad. Tiene su propio rosario de pensamientos obsesivos y su propio ámbito de acción. Si en la cirrosis es el hígado, los padecimientos y goces del amor se esconden, irónicamente, en esa ingente telaraña de nudos y filamentos que llamamos sistema nervioso autónomo. En ese sistema, todo es impulso y oleaje químico. Aquí se asientan el miedo, el orgullo, los celos, el ardor y, por supuesto, el enamoramiento. A través de nervios microscópicos, los impulsos se transmiten a todos los capilares, folículos pilosos y glándulas sudoríparas del cuerpo. El suave músculo intestinal, las glándulas lacrimales, la vejiga y los genitales, el organismo entero está sometido al bombardeo que parte de este arco vibrante de nudos y cuerdas. Las órdenes se suceden a velocidades de vértigo: ¡constricción!, ¡dilatación!, ¡secreción!, ¡erección! Todo es urgente, efervescente, impelente... Aquí no manda el intelecto ni la fuerza de voluntad. Es el reino del siento-luego-existo, de la carne, las atracciones y repulsiones primarias..., el territorio donde la razón es una intrusa.
Hace apenas 13 años que se planteó el estudio del amor como un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas.
El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro la FENILETILAMINA, compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas.
Al inundarse el cerebro de esta sustancia, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, es decir, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), norepinefrina y oxiticina (además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parece ser además un mensajero químico del deseo sexual), y comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado. Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.
El affair de la feniletilamina con el amor se inició con la teoría propuesta por los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, que sugirieron que el cerebro de una persona enamorada contenía grandes cantidades de feniletilamina y que sería la responsable de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando estamos enamorados.
Sospecharon de su existencia mientras realizaban un estudio con pacientes aquejados "de mal de amor", una depresión psíquica causada por una desilusión amorosa. Les llamó la atención la compulsiva tendencia de estas personas a devorar grandes cantidades de chocolate, un alimento especialmente rico en feniletilamina por lo que dedujeron que su adicción debía ser una especie de automedicación para combatir el síndrome de abstinencia causado por la falta de esa sustancia. Según su hipótesis el, por ellos llamado, centro de placer del cerebro comienza a producir feniletilamina a gran escala y así es como perdemos la cabeza, vemos el mundo de color de rosa y nos sentimos flotando.
    Es decir LAS ANFETAMINAS NATURALES TE PONEN A CIEN.
El 50% de las mujeres entrevistadas para el libro Por qué necesitan las mujeres del chocolate confesó que elegiría el chocolate antes que el sexo. Hay quienes al chocolate lo llaman EL PROZAC VEGETAL.
En una de las aventuras de Charlie Brown se puede leer "una buena manera de olvidar una historia de amor es comerse un buen pudin de chocolate".
Su actividad perdura de 2 a 3 años, incluso a veces más, pero al final la atracción bioquímica decae. La fase de atracción no dura para siempre. La pareja, entonces, se encuentra ante una dicotomía: separarse o habituarse a manifestaciones más tibias de amor -compañerismo, afecto y tolerancia-. Dos citas muy interesantes son:
El amor es como la salsa mayonesa: cuando se corta, hay que tirarlo y
empezar otro nuevo.

Enrique Jardiel Poncela.
El amor es como Don Quijote: cuando recobra el juicio es para morir.
Jacinto Benavente
Con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente, la fase de atracción no dura para siempre y comienza entonces una segunda fase que podemos denominar de pertenencia dando paso a un amor más sosegado. Se trata de un sentimiento de seguridad, comodidad y paz. Dicho estado está asociado a otra DUCHA QUÍMICA. En este caso son las endorfinas -compuestos químicos naturales de estructura similar a la de la morfina y otros opiáceos- los que confieren la sensación común de seguridad comenzando una nueva etapa, la del apego. Por ello se sufre tanto al perder al ser querido, dejamos de recibir la dosis diaria de narcóticos.
Para conservar la pareja es necesario buscar mecanismos socioculturales (grata convivencia, costumbre, intereses mutuos, etc.), hemos de luchar por que el proceso deje de ser solo químico. Si no se han establecido ligazones de intereses comunes y empatía, la pareja, tras la bajada de FEA, se sentirá cada vez menos enamorada y por ahí llegará la insatisfacción, la frustración, separación e incluso el odio.
Parece que tienen mayor poder estimulante los sentimientos y las emociones que las simples substancias por sí mismas, aquellos sí que pueden activar la alquimia y no al sentido contrario.
Un estudio alemán ha analizado las consecuencias del beso matutino, ése que se dan los cónyuges al despedirse cuando se van a trabajar. Los hombres que besan a sus esposas por la mañana pierden menos días de trabajo por enfermedad, tienen menos accidentes de tráfico, ganan de un 20% a un 30% más y viven unos ¡cinco años más! Para Arthur Sazbo, uno de los científicos autores del estudio, la explicación es sencilla: "Los que salen de casa dando un beso empiezan el día con una actitud más positiva".
Es cierto, no podemos negarlo, es un hecho científico que existe una química interna que se relaciona con nuestras emociones y sentimientos, con nuestro comportamiento, ya que hasta el más sublime está conectado a la producción de alguna hormona.
No hay una causa y un efecto en la conducta sexual, sino eventos físicos, químicos, psíquicos, afectivos y comunicacionales que se conectan de algún modo, que interactúan y se afectan unos a otros.
Existe, sí, una alquimia sexual, pero se relaciona íntimamente con los significados que le damos a los estímulos, y éstos con el poder que les ha concedido una cultura que, a su vez, serán interpretados por cada uno que los vive de acuerdo con sus recursos personales y su historia. Esperemos que estos estudios en un futuro nos conduzcan a descubrir aplicaciones farmacológicas para aliviar las penas de amor.
Espero que una vez leído este artículo no le digáis a vuestra pareja después de hacer el amor: "he tenido una sensación sumamente agradable producto del aumento de testosterona y la disminución consiguiente de serotonina", entre otras cosas porque os estrangularía.
Para terminar otras interesantes citas:
Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre
de labios de una mujer.

Antonio Machado
El amor es ciego, el matrimonio le devuelve la vista.
PARTICULARMENTE ESTOY DE ACUERDO CON EL AUTOR EN CASI TODO, MENOS EN LA ULTIMA PARTE PORQUE CREO QUE EL MATRIMONIO ES MARAVILLOSO, DEPENDE DE LA ACTITUD DE LA PAREJA PARA QUE ASI LO SEA. BESOS... DELUCIL